SONIDOS DE LA TIERRA es una organización no gubernamental destinada a la creación de escuelas y talleres de música en comunidades marginales de Paraguay que dota de parte de los instrumentos musicales que los estudiantes requieren.
Este proyecto nació hace 10 años, en el año 2002, de la basura. Cateura, el mayor vertedero de la capital de Paraguay, Asunción, fue el epicentro escogido por Luis Szarán (Encarnación, 1953, director de orquesta paraguayo, compositor y arreglista de reconocida trayectoria internacional) para dar inicio a este proyecto en rescate de cientos de niños y jóvenes abandonados entre restos de civilización, quienes ocupaban alrededor de 14 horas diarias escudriñando entre la basura para poder vivir.
"Don Kolá se integra al proyecto hace algunos años cuando llevamos el programa al barrio de Cateura. La idea inicial era mantener ocupados a los niños para que estuvieran el menor tiempo posible en ese ambiente altamente contaminado (por la basura). Teníamos niños tocando en la orquesta del lugar pero faltaban instrumentos musicales. En forma paralela organizamos un Taller de construcción de guitarras a partir de mucha madera de embalajes que existe en el sitio y que las depositan las grandes empresas de importación.
"Don Kolá se integra al proyecto hace algunos años cuando llevamos el programa al barrio de Cateura. La idea inicial era mantener ocupados a los niños para que estuvieran el menor tiempo posible en ese ambiente altamente contaminado (por la basura). Teníamos niños tocando en la orquesta del lugar pero faltaban instrumentos musicales. En forma paralela organizamos un Taller de construcción de guitarras a partir de mucha madera de embalajes que existe en el sitio y que las depositan las grandes empresas de importación.
Con esas maderas se llegaron a fabricar cientos de guitarras que son enviadas a los diferentes pueblos campesinos (más de un 20% de los instrumentos del total del proyecto son producidos en el país). Como no teníamos dinero para comprar violines, un día Don Kolá llegó con uno hecho a partir de una vieja cacerola, un tenedor y otros desechos orgánicos. Todos nos reímos, porque pareía una broma. Sin embargo, el profesor de música Luis Szarán dijo: de momento, (el artefacto) puede ser útil para las primeras lecciones de violín y lo probó. Esto me impresionó mucho, en el sentido de que esta gente que vive en el estadio más bajo de la pobreza, nos dio una maravillosa lección de que si quieres cambiar tu vida, hasta la basura se puede convertir en una herramienta educativa para hacerlo".
El taller de SONIDOS DE LA TIERRA ya tiene en su haber más de 700 piezas de lutería entre flautas, guitarras, violines, violoncelos, contrabajos e instrumentos de percusión, al tiempo que proporciona una actividad a padres e hijos dedicados a fabricarlos mediante el asesoramiento de musicólogos y técnicos.
"El programa de esta orquesta parte de fragmentos de música clásica, folklore paraguayo, temas de los países del mundo con una carga de permanente humor (con coreografías y relatos)".
Los ejecutantes, jóvenes en su mayoría humildes y de escasísimos recursos, encuentran una oportunidad de descubrir su talento y hacer realidad un sueño, probablemente jamás imaginado por muchos de ellos. De esta manera, han nacido verdaderos líderes musicales que hoy integran las principales orquestas del Paraguay y han logrado recorrer otros escenarios del mundo como premio a este esfuerzo humano y artístico".
Luis Szarán dice: "En lo personal ha sido lo más importante. Ni el mejor de los aplusos en el más brillante de los escenarios del mundo es tan profundo como la sonrisa de satisfacción de un niño".
Luis Szarán dice: "En lo personal ha sido lo más importante. Ni el mejor de los aplusos en el más brillante de los escenarios del mundo es tan profundo como la sonrisa de satisfacción de un niño".
"La Orquesta de Reciclados nació con la idea de transmitir a los jóvenes el mensaje de que todo es posible en la vida, y que podemos ser forjadores de nuestro propio destino, aún en las condiciones más duras. Hay que tener creatividad, mirar lejos y luchar por los sueños".
"Si cada ser humano que ha tenido la oportunidad de estudiar, comer una comida caliente al día y tener trabajo, se ocupara solo de un niño, no en el sentido de donarle lo que necesita sino acompañándolo en el aspecto más profundo, el mundo sería realmente diferente" concluye un emocionado Szarán.
FUENTE DE LA QUE FUE EXTRAÍDA ESTE PEQUEÑO EXTRACTO: Revista ARG express, Catalunya, febrero 2012, año 9, número 98.
Director: Marcelo Espiñeira